jueves, 20 de junio de 2013

Fernando



Adiós, Fer, queridísimo amigo. No he llegado a conocer el relato de esa larga temporada en el infierno que ha precedido a tu despedida. Lo fuimos dejando y ya nunca me lo contarás. Sólo he oído el eco de tu dolor, que nunca me fue extraño a pesar de la distancia que absurdamente pusimos entre nosotros.

Nos asomamos juntos a la vida como párvulos asombradizos. ¿Recuerdas cómo entrábamos al aula cogidos de la mano? Así, de la mano, hemos caminado durante medio siglo viéndonos crecer, madurar, aprender, ser felices pocas veces e infelices muchas. Digo con Cicerón que parecen quitar el sol del mundo quienes quitan la amistad de la vida, lo sé bien porque he tenido la tuya.

Añoraré nuestras largas conversaciones, nuestro permanente desencaje del mundo, tu facilidad para descubrir en las cosas lo que los demás no veíamos, tu melancolía risueña que, ahora lo comprendo, era el anticipo de un sufrimiento impredecible.

Te resultó insoportable el oficio de vivir. No preví el desenlace. Me avisaste, pediste auxilio con una voz cada vez más débil, no supe verlo o me faltó generosidad. Ahora es tarde y sólo puedo llorar. 


1 comentario:

Rocio dijo...

Me resulta interesante poder leer distintas cosas y por eso uso internet para ello. En el ultimo tiempo me tuve que dedicar a aprender matematica ya que me la lleve previa y por eso debo mejorar en esto. Ultimamente estuve viendo de aprender logaritmos