martes, 12 de agosto de 2008

Ovillejo

Para matar mis enojos,
tus ojos.
Contra mis sueños deshechos,
tus pechos.
Para navegar al viento,
tu aliento.

Nada temo ni lamento,
nada del mundo recelo
si poseo lo que anhelo:
tus ojos, pechos y aliento.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bueno