sábado, 4 de octubre de 2008

Cernuda

Los poetas se pasan la vida entera intentando capturar un instante. Yo vendería mi alma por poder captar en un instante la vida entera.

Divino aquél que puede enjaular en unos pocos versos la suspensión de la vida en un aleteo, en el reflejo de una rosa en el agua serena:

Se sostiene el presente,
olvidado en su sueño,
con un ágil escorzo distendido.
Delicia. Dulcemente,
sin deseo ni empeño,
el instante indeciso está dormido.

¿Qué musa guía la pluma que alambica la niebla del presente en palabras con que los demás lo recrearemos?

Pero, juntamente, ¿cómo reducir la vida a dos versos? ¿Qué esfuerzo tal de compresión merece la sonrisa de los dioses?

He amado, ya no amo más;
He reído, tampoco río.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Los poetas habitan en las fronteras de la nostalgia. NO dejan de sser seres que ponen su vida al servicio ( absoluto) de la Vida. ¿Hipertrofia, inflamación, de lo que llaman Alma? Puede, pero no deja de ser un oficio obsesivo.