miércoles, 17 de septiembre de 2008

Crisis

En estos días en que la crisis económica parece haberse tragado todo el flujo ordinario de la vida con su escandalosa fanfarria de quiebras, rescates, nacionalizaciones, pérdidas millonarias y demás ornamentos propios de la ocasión, vuelvo a Galbraith como al puerto seguro del intelecto.

El economista canadiense-norteamericano ya había estudiado la crisis del 29 en un excelente libro, The great crash, 1929, publicado allá por 1954. Sin embargo, es en A short history of financial euphory de 1990 donde pasa revista a los episodios de especulación financiera más destacados de la historia. En el librito, de apenas ciento cuarenta páginas, desgrana con maestría los relatos de las burbujas de los últimos trescientos años, desde la manía de los tulipanes en la Holanda del siglo XVII hasta la crisis bursátil de 1987.

La peculiaridad del estudio es que no se centra en los fundamentos económicos del fenómeno, sino que, explicando el patrón común al desarrollo de todos ellos, brinda un agudo, y en algunos pasajes hilarante, estudio psicológico de los agentes involucrados.

Galbraith identifica los factores que siempre contribuyen a la euforia: la masa huye de la realidad, la memoria es frágil y se da por supuesta una relación directa entre dinero e inteligencia. La euforia que conduce a la aberración mental extrema es un fenómeno recurrente.

Releyendo el opúsculo en mitad de este descalabro percibo con nitidez el material de las obras que no envejecen.

3 comentarios:

prometeo dijo...

El viejo Galbraith también habla del tema en su "The anatomy of power" de 1983. Indudablemente era un maestro. Revisitar a EBernstein en su "Socialismo teórico y Socialismo práctico" como he hecho este verano preocupa. Espero mucho de la fundación de Caldera y alguna reflexión de la Internacional Socialista si es que aún existe.

Carlos dijo...

Son tiempos difíciles para la claridad ideológica. La globalización conlleva incertidumbre en la representación del mundo, en su encuadre y, en definitiva, en las coordenadas morales de toda acción colectiva. El resultado es el refugio en puertos éticos y políticos supuestamente seguros, de los que destacaré dos: la apatía y el nacionalismo.

Galbraith representa hoy la vigencia del pensamiento libre, lo que es mucho decir para un economista del "aparato" norteamericano.

Anónimo dijo...

A propósito de Galbraith:

"Sherlock repasó los nicks que marcaron un hito en "La Baranda": Fracaseitor, Triplete, Johngo, Danny, Vila, Baruch, Mebo, Empomedotcom, Pablitobank,Solano y, especialmente, Galbraith, quien escribia desde España. Entre las mujeres sobresalieron Ms Emma Peel, Paola, Esmeralda, Monik y Nigeria."

Del Broker a la Web - Claudio Destéfano - Revista La City - Diario El Cronista - Septiembre de 2008

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Por lo menos Ustedes asumen la crisis, nosotros seguimos en la versión kitsch de Neverland, no hay Galbraith que valga. El líder máximo del partido gobernante en nuestro país dijo hace muchos años: "El año 2000 nos encontrará unidos o dominados". No supuso que en el 2008 íbamos a estar marginados y ridiculizados.

Abrazos desde aquí
Jorgelina