viernes, 19 de septiembre de 2008

Deuda

Tengo una deuda de amor contigo, una deuda de palabras que ha crecido con cada silencio. Porque no se ama sin decir (¡Qué alegría más alta:/ vivir en los pronombres!). Miente el poeta cuando se encierra en la mirada, cuando se recrea en los cuerpos enlazados en silencio.

Te debo un mundo de nombres y verbos, adverbios y pronombres, adjetivos y más pronombres. Debo a tus oídos miles de “nosotros”, tantos que no sabrías que hacer con ellos.

Vivo en la memoria de tu cuerpo y en el dolor de lo callado (Yo digo aún: ¿por qué callé aquel día?), quizá ya para siempre. Ahora lo sé: se niega todo si se esconde la palabra. Te siento bella y ofrecida cuando te digo “amor, qué hermosa eres cuando te entregas”.

Tengo una deuda de amor contigo, una deuda de vida. Tal vez el tiempo pague en mi nombre los plazos. Entretanto te entrego mi verbo sollozado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Como siempre he vivido
con los pies en las nubes,
necesito el amor
para poner las manos en la tierra"

Anónimo dijo...

como siempre he vivido/con las nubes en los pies/necesito las manos/para poner el amor en la tierra